La mujer de la nueva sociedad será plenamente independiente en lo social y lo económico, no estará sometida lo más mínimo a ninguna dominación ni explotación. Por un mundo mejor, con justicia y dignidad para todos los seres humanos.
La periodista,
oradora, maestra, revolucionaria y fundadora de la Segunda Internacional
batalló por los derechos laborales de las trabajadoras. Cada 8 de marzo
celebramos el Día internacional de la Mujer. Lo que pocos saben es que la
promotora de esa iniciativa fue una revolucionaria alemana que vivió entre dos
siglos, Clara Zetkin (1857-1933).
Por: Josefina L. Martínez
Dedicó toda su
vida a la organización de las mujeres trabajadoras, fue fundadora de la Segunda
Internacional y opositora a la dirección socialdemócrata cuando esta apoyó la
Primera Guerra Mundial. Impulsó la Liga Espartaco y la formación del Partido
Comunista alemán. Gran amiga de Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin (1857-1933) jugó
un papel fundamental en la historia del socialismo y del movimiento de mujeres.
El 30 de agosto de
1932, el Reichstag alemán abría sus sesiones con los nazis como primera fuerza
política. La apertura le correspondía al diputado de mayor edad. Con la voz
raspada por el paso del tiempo y la enfermedad, haciendo uso de todas sus
fuerzas, Clara Zetkin pronunció el último discurso de su vida. En la cara de
los nazis --que varias veces la abuchearon--, hizo un llamado a formar un
frente único de la clase trabajadora, las mujeres y los jóvenes, para luchar
contra el fascismo. Así culminaba su impresionante biografía política, que
había comenzado 50 años antes.
Con la voz raspada
por el paso del tiempo y la enfermedad, pronunció el último discurso de su
vida. En la cara de los nazis llamó a formar un frente único de la clase
trabajadora, las mujeres y los jóvenes, para luchar contra el fascismo.
Clara Zetkin
empezó a militar en el Partido Socialista Obrero de Alemania (posterior SPD) a
los 20 años, en una época en que a las mujeres todavía les estaba prohibido
participar en política. Huyendo de las leyes antisocialistas de Bismarck, viajó
a Zúrich y después a París donde frecuentó a las hijas de Marx, Laura y Jenny.
En 1885 vivía con su esposo, el ruso Ossip Zetkin, y con sus hijos en un
pequeño cuarto en el bohemio barrio de Montmartre, territorio de pintores y
poetas. Periodista, oradora, maestra, madre y revolucionaria. En el exilio
adquirió la formación y la experiencia que le permitieron convertirse en una
gran figura del movimiento de mujeres.
En 1889 tuvo un
papel destacado en el Congreso de fundación de la Segunda Internacional como
delegada de las trabajadoras de Berlín, siendo una de las --tan solo-- cinco
mujeres presentes entre 400 delegados. A contracorriente de muchos socialistas
que veían el ingreso de las mujeres al mundo laboral como una amenaza, Zetkin
batalló por igual salario a igual trabajo, el derecho al voto y la organización
de las trabajadoras. Veía una relación estrecha entre la “cuestión femenina” y
la “cuestión social”. Al mismo tiempo, pugnaba por una ruptura abierta con lo
que llamaba el “feminismo burgués”, un movimiento que buscaba mejorar la
posición social de las mujeres de la clase propietaria, sin impugnar las reglas
del juego de la sociedad capitalista. Después del fallecimiento de Ossip
Zetkin,
Clara regresa a
Alemania y desde 1892 dirige la revista La Igualdad (Die Gleichheit).
Vive de forma desprejuiciada con su segundo marido, el pintor George Friedrich
Zundel, casi veinte años menor que ella. Cuando años más tarde su hijo Kostya
se convierta en el amante de su mejor amiga, Rosa Luxemburgo, tampoco será un
problema la diferencia de edad.
En la primera
década del siglo Clara Zetkin milita en el ala izquierda del SPD y junto con
Rosa Luxemburgo enfrentan las teorías revisionistas de Eduard Bernstein. Una
anécdota las retrata: Clara y Rosa habían salido a dar un paseo a principios de
1907 y llegaron tarde a casa de los Kautsky, donde las esperaban para cenar.
Bebel dijo en broma que temían que se hubieran perdido, a lo que Rosa contestó
con una sonrisa irónica: “Sí, y puede escribir en nuestro epitafio: ‘Aquí yacen
los dos últimos hombres de la socialdemocracia alemana’”.
En agosto de 1907
Zetkin lideró la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, como
parte de las sesiones del Congreso de Stuttgart. Participaron 58 delegadas y
delegaciones de 15 países. Zetkin escribió que la conferencia fue “el primer
paso para establecer un contacto regular entre las mujeres socialistas de los
diferentes países… para incrementar la fuerza y asegurar el éxito de la
actividad y la lucha del movimiento de mujeres”. En la reunión se expresaron
diferencias entre un ala izquierda y un ala moderada. Mientras Zetkin y la rusa
Kollontai abogaban por la defensa irrestricta del sufragio femenino, la
reformista Lily Braun estaba dispuesta a aceptar “compromisos”. La reunión
estableció un Secretariado Internacional, encabezado por Zetkin.
La Segunda
Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas tuvo lugar en Copenhague en
agosto de 1910. Zetkin propone establecer un Día Internacional de las Mujeres,
lo que fue aprobado con entusiasmo por más de 100 delegadas de 17 países. El
congreso también debatió sobre los derechos laborales, la educación y la lucha
contra la guerra, cada vez más cercana. El 19 de marzo de 1911 se celebró por
primera vez en Berlín el Día Internacional de las Mujeres, con más de 30.000
manifestantes.
En agosto de 1907
se celebró la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, como
parte de las sesiones del Congreso de Stuttgart. Zetkin y la rusa
Alexandra Kollontai abogaron por la defensa irrestricta del sufragio femenino.
La Tercera Conferencia
Internacional de mujeres estaba programada para abril de 1914, pero no pudo
realizarse. Los acontecimientos se aceleraron y la guerra dividió a la clase
obrera europea. La lucha contra la masacre imperialista encontró a Zetkin en
primera fila junto a Rosa Luxemburgo. Ambas rechazaron la adaptación de la
socialdemocracia a la cruzada patriota. Junto a otros camaradas formaron la
Liga Espartaco y editaron la revista La Internacional. En marzo de
1915 Zetkin organizó una Conferencia Internacional de Mujeres contra la Guerra,
que contó con 25 delegadas de los países beligerantes. Por su defensa de los
principios internacionalistas fue acusada de “traición” y encarcelada a su
regreso a Alemania.
En 1917 tanto Rosa
como Clara recibieron con entusiasmo las noticias de la Revolución rusa y
participaron activamente de la Revolución alemana de 1918. El 29 de enero de
1919, tan solo 14 días después del asesinato de Rosa Luxemburgo, Zetkin fue la
primera mujer en hablar en un Parlamento alemán, donde denunció al gobierno
socialdemócrata por aniquilar la revolución. Los años siguientes formó parte
del Partido Comunista, aunque se enfrentó a su Comité Central por diferencias
políticas. En la Tercera Internacional, lideró la Internacional de las Mujeres
Comunistas, hasta su disolución en 1925.
Sus conversaciones
con Lenin sobre la cuestión de las mujeres están reflejadas con afecto en
sus Recuerdos de Lenin. Entre 1922 y 1933 ejerció como diputada en el
Reichstag --aun cuando vivía en Moscú gran parte del tiempo--. Su mal estado de
salud la aisló por momentos de los debates políticos, y si bien nunca se opuso
públicamente al estalinismo, en cartas privadas expresó su gran malestar con un
régimen donde todo pensamiento crítico era perseguido.
A los 75 años
presidió la apertura de sesiones del Parlamento alemán. Bastante enferma, hizo
acopio de toda su energía para brindar su último alegato: contra el capitalismo
y contra el fascismo, llamó a formar un “frente único” de toda la clase
trabajadora. Aun cuando ella no se identificaba con el término “feminista”, la
historia del feminismo socialista la cuenta entre sus más importantes
precursoras.
Florinda Lazos
León nació en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en 1898. En 1911 acompañó a
su tío Manuel Lazos, y a los demás miembros de una comisión chiapaneca cuando
se entrevistaron con Francisco I. Madero en San Juan Bautista, Tabasco, debido
a la usurpación huertista se incorporó a las fuerzas zapatistas de la división
del general Ángel Barrios; ahí prestó sus servicios como correo.
Fue enfermera del
Ejército Libertador del Sur a lado del coronel Prudencio Cassals, jefe de los
servicios médicos en San Pablo Oxtotepec, Chiapas, y miembro del Centro
Antirreeleccionista de México. En 1917 formó parte de la comisión de mujeres
que a principios de ese año intercedió para pacificar a los rebeldes
anticarrancistas de Tiburcio Fernández Ruiz, que luchaban en ese estado contra
el gobierno. En 1919 trabajó en la organización del Primer Congreso de Obreras
y Campesinas y colaboró organizando grupos campesinos de mujeres.
En mayo de 1925 el
gobernador César Córdoba promulgó de última hora el Decreto Núm. 34, en el cual
la Constitución estatal le atribuía a las mujeres la definición de ciudadanía.
En noviembre de 1926 Florinda Lazos León se convirtió en diputada al Congreso
de su Estado. Tenía 24 años cuando fue electa y además de las obligaciones del
cargo, durante dos años se desempeñó simultáneamente como Prosecretaria de su
Legislatura.
En 1934, Carlos
Riva Palacio, líder del Partido Nacional Revolucionario convocó a la formación
del sector femenino del partido y el Bloque Nacional de Mujeres Revolucionarias
creado en 1929 y dirigido por Florinda Lazos León acudió a la convocatoria.
Florinda ejerció el periodismo y en 1926 dirigió el decenal feminista La Gleba.
Florinda Lazos León participó de manera importante durante la Revolución
Mexicana en la lucha por la equidad en México, dedicó su vida al activismo
político y colaboró en los congresos nacionales de mujeres trabajadoras y
campesinas de la década de 1930, donde participó a lado de las grandes
sufragistas de la política feminista de la época como Elvia Carrillo
Puerto.
Aunque era una
esclava africana, Phillis Wheatley fue una de las poetas más conocidas en la
América prenineteenth-century. Mimada en la casa del prominente comerciante de
Boston John Wheatley, lionizada en Nueva Inglaterra e Inglaterra, con prensas
en ambos lugares publicando sus poemas, y desfiló ante el liderazgo político de
la nueva república y la aristocracia del viejo imperio, Phillis fue el
testimonio ilustrativo de los abolicionistas de que los negros podían ser tanto
artísticos como intelectuales. Su nombre era una palabra familiar entre los
colonos alfabetizados y sus logros un catalizador para el incipiente movimiento
antiesclavista.
Phillis fue capturado en Senegal / Gambia, África Occidental, cuando tenía unos
siete
años. Fue transportada a los muelles de Boston con un cargamento de esclavos
"refugiados", que debido a la edad o la fragilidad física no eran
adecuados para el trabajo riguroso en las colonias de las Indias Occidentales y
del Sur, los primeros puertos de escala después del cruce del Atlántico. En el
mes de agosto de 1761, "en falta de un doméstico", Susanna Wheatley,
esposa del prominente sastre de Boston John Wheatley, compró "una niña
delgada y frágil ... por una nimiedad" porque el capitán del barco de
esclavos creía que el waif tenía una enfermedad terminal, y quería obtener al
menos una pequeña ganancia antes de que ella muriera. Un pariente de Wheatley
informó más tarde que la familia supuso que la niña, que era "de
estructura delgada y evidentemente sufría de un cambio de clima", casi
desnuda, con "no otra cubierta que una cantidad de alfombra sucia sobre
ella", tenía "unos siete años ... de las circunstancias de
desprenderse de sus dientes frontales".
Después de descubrir la precocidad de la niña, los Wheatley, incluidos su hijo
Nathaniel y su hija Mary, no excusaron por completo a Phillis de sus deberes
domésticos, sino que le enseñaron a leer y escribir.
Pronto se sumergió
en la Biblia, la astronomía, la geografía, la historia, la literatura británica
(particularmente John Milton y Alexander Pope),y los clásicos
griegos y latinos de Ovidio, Terence y Homero. En "A la Universidad
de Cambridge en Nueva Inglaterra" (probablemente el primer poema que
escribió pero no se publicó hasta 1773) Phillis indicó que a pesar de esta
exposición, rica e inusual para un esclavo estadounidense, su espíritu anhelaba
el desafío intelectual de una atmósfera más académica.
(1770) fue el primer poema publicado de Wheatley, Carl Bridenbaugh reveló en
1969 que Phillis, de trece años, después de escuchar una saga milagrosa de
supervivencia en el mar, escribió "Sobre los señores Hussey y
Coffin", un poema que se publicó el 21 de diciembre de 1767 en Newport,
Rhode Island, Mercury. Pero fue la elegía de Whitefield la que le dio
renombre nacional a Wheatley. Publicado como un folleto en Boston, Newport y
Filadelfia, el poema fue publicado con el sermón fúnebre de Ebenezer Pemberton
para Whitefield en Londres en 1771, trayendo su aclamación internacional.
Cuando tenía dieciocho años, Phillis había reunido una colección de veintiocho
poemas para los cuales, con la ayuda de la señora Wheatley, publicó anuncios
para suscriptores en los periódicos de Boston en febrero de 1772. Cuando los
colonos aparentemente no estaban dispuestos a apoyar la literatura de un
africano, ella y los Wheatley se dirigieron frustrados a Londres en busca de un
editor. Phillis había enviado el poema de Whitefield a Selina Hastings, condesa
de Huntingdon, de quien Whitefield había sido capellán. Un rico partidario de
las causas evangélicas y abolicionistas, la condesa instruyó al librero
Archibald Bell para que comenzara la correspondencia con Phillis en preparación
para el libro. Phillis, que sufría de una condición de asma crónica y
acompañado por Nathaniel, partió a Londres el 8 de mayo de 1771.
La ahora célebre poetisa fue recibida por varios dignatarios: el patrón de los
abolicionistas, el conde de Dartmouth, el poeta y activista Barón George
Lyttleton, Sir Brook Watson (que pronto sería el alcalde de Londres), el
filántropo John Thorton y Benjamin Franklin. Mientras Phillis cruzaba
el Atlántico para llegar a la señora Wheatley, quien, al final del verano, se
había enfermado gravemente, Bell estaba circulando la primera edición de Poemas
sobre diversos temas, religiosos y morales (1773), el primer volumen de
poesía de un negro estadounidense publicado en los tiempos modernos. Poemas sobre
diversos temas revelaron que la forma poética favorita de Phillis era la
copla, tanto el pentámetro yámbico como heroico.
Más de un tercio de su canon se compone de elegías, poemas sobre la muerte de
personas notables, amigos o incluso extraños cuyos seres queridos emplearon al
poeta. Los poemas que mejor demuestran sus habilidades y son más cuestionados
por los detractores son aquellos que emplean temas clásicos y técnicas. En su
epilión "Niobe en apuros por sus hijos asesinados por Apolo, de las
Metamorfosis de Ovidio, Libro VI, y de una "Vista de la pintura del
Sr. Richard Wilson", no solo traduce Ovidio sino que agrega sus propias
líneas hermosas para extender las imágenes dramáticas. En "A Mecenas"
transforma la oda de Horacio en una celebración de Cristo. Además de las
técnicas clásicas y neoclásicas, Wheatley aplicó el simbolismo bíblico para
evangelizar y comentar sobre la esclavitud.
Por ejemplo,"On Being Brought from Africa to America",el poema más
conocido de Wheatley, reprenderá a la audiencia del Gran Despertar para
recordar que los africanos deben ser incluidos en la corriente cristiana:
"Recuerden, cristianos, negros, negroscomo Caín,/ Pueden ser
refinados y unirse al tren angelical". El resto de los temas de Wheatley
se pueden clasificar como celebraciones de América. Fue la primera en aplaudir
a esta nación como gloriosa "Columbia" y eso en una carta nada menos
que al primer presidente de los Estados Unidos, George Washington, con quien
había mantenido correspondencia y con quien más tarde tuvo el privilegio de
conocer. Su amor por la América virgen, así como su fervor religioso, se
sugiere aún más por los nombres de los líderes coloniales que firmaron el testimonio
que apareció en algunas copias de Poemas sobre diversos temas para
autenticar y apoyar su trabajo: Thomas Hutchinson, gobernador de Massachusetts;
John Hancock; Andrew Oliver, vicegobernador; James Bowdoin; y el reverendo
Mather Byles. Otro ferviente partidario de Wheatley fue el Dr. Benjamin Rush,
uno de los firmantes de la Declaración de Independencia. Phillis fue manumitido
unos tres meses antes de que la señora Wheatley muriera el 3 de marzo de 1774.
Aunque muchos editoriales británicos castigaron a los Wheatley por mantener a
Phillis en esclavitud mientras la presentaban a Londres como el genio africano,
la familia había proporcionado un refugio ambiguo para el poeta. Phillis fue
mantenida en el lugar de un sirviente, a una distancia respetable de los
círculos gentiles de los Wheatley, pero no había experimentado ni las
traicioneras demandas de la esclavitud ni las duras exclusiones económicas
generalizadas en una existencia libre-negra. Con la muerte de su benefactor,
Phillis se deslizó hacia esta tenue vida. Mary Wheatley y su padre murieron en
1778; Nathaniel, que se había casado y se había mudado a Inglaterra, murió en
1783. A lo largo de los años de vacas flacas de la guerra y la depresión
siguiente, el asalto de estas realidades raciales fue más de lo que su cuerpo
enfermizo o alma estética podía soportar.
El 1 de abril de 1778, a pesar del escepticismo y la desaprobación de algunos
de sus amigos más cercanos, Phillis se casó con John Peters, a quien conocía
desde hacía unos cinco
años. Un negro libre, Peters evidentemente aspiraba a la grandeza empresarial y
profesional. En varios registros históricos se dice que se llamó a sí mismo Dr.
Peters, que ejerció la abogacía (tal vez como defensor independiente de los
negros desventurados), mantuvo un supermercado en Court Street, intercambió
oficios como panadero y barbero, y solicitó una licencia de licor para un bar.
Descrito por Merle A. Richmond como "un hombre de muy buena personalidad y
modales", que "llevaba una peluca, llevaba un bastón y actuaba como
'el caballero'", Peters también fue llamado "un notable espécimen de
su raza, siendo un escritor fluido, un orador listo". Las ambiciones de
Peters lo consideraban "inmóvil", arrogante y orgulloso a los ojos de
algunos reporteros, pero como un hombre negro en una época que solo valoraba su
fuerza, la perspicacia para los negocios de Peters simplemente no era vendible.
Al igual que muchos otros que se dispersaron por todo el noreste para evitar
los combates durante la Guerra de la Independencia, los Peters se mudaron
temporalmente de Boston a Wilmington, Massachusetts, poco después de su
matrimonio.
Merle A. Richmond señala que las condiciones económicas en las colonias durante
y después de la guerra fueron duras, particularmente para los negros libres,
que no estaban preparados para competir con los blancos en un mercado laboral
estricto. Estos factores sociales, en lugar de cualquier negativa a trabajar
por parte de Peters, fueron quizás los más responsables de la nueva pobreza que
Phillis sufrió en Wilmington y Boston, después de que más tarde regresaron
allí. Entre 1779 y 1783, la pareja tuvo tres hijos (todos los cuales murieron
cuando eran niños pequeños), y Peters se desvió aún más hacia la penuria, a
menudo dejando a Phillis a su suerte y a los niños trabajando como charwoman
mientras esquivaba a los acreedores y trataba de encontrar empleo.
Durante las primeras seis semanas después de su regreso a Boston, Phillis y los
niños se quedaron con una de las sobrinas de la señora Wheatley en una mansión
bombardeada que se convirtió en una escuela diurna después de la guerra. Peters
luego los trasladó a un apartamento en una sección deteriorada de Boston, donde
otros parientes de Wheatley pronto encontraron a Phillis enfermo e indigente.
Como recuerda Margaretta Matilda Odell, "Dos de sus hijos estaban muertos,
y el tercero estaba enfermo hasta la muerte. Ella misma estaba sufriendo por
falta de atención, por muchas comodidades, y la mayor de todas las comodidades
en la enfermedad: la limpieza. Fue reducida a una condición demasiado
repugnante para describirla. En un apartamento sucio, en una parte oscura de la
metrópoli, yacían moribundos la madre y el niño que se desabasa. La mujer que
había sido honrada y respetada en presencia de los sabios y buenos... ¡estaba
contándose las últimas horas de vida en un estado de la miseria más abyecta,
rodeado de todos los emblemas de una pobreza miserable!"
Sin embargo, a lo largo de estos años de vacas flacas, Phillis continuó
escribiendo y publicando sus poemas y manteniendo, aunque en una escala mucho
más limitada, su correspondencia internacional. También sintió que a pesar de
la mala economía, su audiencia estadounidense y ciertamente sus amigos
evangélicos apoyarían un segundo volumen de poesía. Entre el 30 de octubre y el
18 de diciembre de 1779, con al menos el motivo parcial de recaudar fondos para
su familia, publicó seis anuncios solicitando suscriptores para "300
páginas en Octavo", un volumen "Dedicado al Honorable Benjamin
Franklin, Esq.: Uno de los Embajadores de los Estados Unidos en la Corte de
Francia", que incluiría treinta y tres poemas y trece cartas. Sin embargo,
al igual que con poemas sobre diversos temas,la población estadounidense
no apoyaría a uno de sus poetas más notables.
(La primera edición
estadounidense de este libro no se publicó hasta dos años después de su
muerte). Durante el año de su muerte (1784), pudo publicar, bajo el nombre de
Phillis Peters, un magistral poema de sesenta y cuatro líneas en un folleto
titulado Libertad y Paz, que aclamaba a Estados Unidos como "Columbia" victoriosa
sobre "Ley Britannia". Orgullosa de la intensa lucha de su nación por
la libertad que, para ella, le parecía una grandeza espiritual eterna, Phillis
terminó el poema con un anillo triunfal: el 2 de enero de ese mismo año,
publicó An Elegy, Sacred to the Memory of that Great Divine, The Reverend
and Learned Dr. Samuel Cooper,pocos días después de la muerte del pastor de la
iglesia de Brattle Street. Y, lamentablemente, en septiembre, la sección
"Ensayos poéticos" de The Boston Magazine publicó "To
Mr. and Mrs.________, on the Death of their Infant Son", que probablemente
fue un lamento por la muerte de uno de sus propios hijos y que ciertamente
presagió su muerte tres meses después.
Phillis Wheatley murió, descuidada y sola. Como concluye Richmond, con amplia
evidencia, cuando Phillis expiró el 5 de diciembre de 1784, John Peters fue
encarcelado, "obligado a liberarse de la deuda por un encarcelamiento en
la cárcel del condado". Su último hijo sobreviviente murió a tiempo para
ser enterrado con su madre, y, como Odell recordó, "Una sobrina nieta de
la benefactora de Phillis, pasando por Court Street, se encontró con el funeral
de un adulto y un niño: un transeúnte le informó que estaban llevando a Phillis
Wheatley a esa mansión silenciosa ..."
Estudios recientes muestran que Phillis Wheatley escribió quizás 145 poemas (la
mayoría de los cuales habrían sido publicados si los animadores que ella
suplicaba hubieran salido a apoyar el segundo volumen), pero esta herencia
artística ahora está perdida, probablemente abandonada durante la búsqueda de
subsistencia de Peters después de su muerte. De las numerosas cartas que
escribió a líderes políticos y religiosos nacionales e internacionales, existen
unas dos docenas de notas y cartas. Como una exhibición de inteligencia
africana, explotable por miembros del movimiento ilustrado, por cristianos
evangélicos y por otros abolicionistas, tal vez fue reconocida aún más en
Inglaterra y Europa que en América.
Los críticos de
principios del siglo XX de la literatura afroamericana no fueron muy amables
con Wheatley debido a su supuesta falta de preocupación por la esclavitud.
Wheatley, sin embargo, tenía una declaración que hacer sobre la institución de
la esclavitud, y llegó al segmento más influyente de la sociedad del siglo
XVIII: la iglesia institucional. Dos de las mayores influencias en el pensamiento
y la poesía de Phillis Wheatley fueron la Biblia y el cristianismo evangélico
del siglo XVIII; pero hasta hace poco los críticos de Wheatley no consideraban
su uso de la alusión bíblica ni su aplicación simbólica como una declaración
contra la esclavitud. A menudo hablaba en un lenguaje bíblico explícito
diseñado para mover a los miembros de la iglesia a una acción decisiva. Por
ejemplo, estas líneas audaces en su elogio poético al general David
Wooster castigan a los patriotas que confiesan el cristianismo pero oprimen a
su pueblo: Y en una carta abierta al reverendo Samson Occom, escrita después de
que Wheatley fuera libre y publicada repetidamente en los periódicos de Boston
en 1774, equipara la esclavitud estadounidense a la del Egipto pagano en la
antigüedad: "De lo contrario, tal vez, los israelitas habían sido menos
solícitos por su libertad de la esclavitud egipcia: no digo que hubieran estado
contentos sin ella, de ninguna manera, porque en cada pecho humano, Dios ha
implantado un Principio, que llamamos Amor a la libertad; es impaciente por la
opresión, y pantalones para la liberación; y por la salida de nuestros egipcios
modernos afirmaré que el mismo Principio vive en nosotros".
En los últimos diez años, los estudiosos de Wheatley han descubierto poemas,
cartas y más hechos sobre su vida y su asociación con los abolicionistas negros
del siglo
XVIII. También han trazado su notable uso del clasicismo y han explicado la
intención sociológica de sus alusiones bíblicas. Toda esta investigación e
interpretación ha demostrado el desdén de Wheatley por la institución de la
esclavitud y su uso del arte para socavar su práctica. Antes de que finalice
este siglo, todas las implicaciones estéticas, políticas y religiosas del arte
de Wheatley y los hechos aún más destacados sobre su vida y obras seguramente
serán conocidos y celebrados por todos los que estudian el siglo XVIII y por
todos los que veneran a esta mujer, una poeta muy importante en el canon
literario estadounidense.
La chef Vicky Lau
de Hong Kong lleva el feminismo a las cocinas.
Lau es parte de
una nueva generación de mujeres chefs de Hong Kong, junto a Peggy Chan y May
Chow, que se han convertido en ejemplo de empresarias exitosas.
En la competitiva
arena de la alta cocina de Hong Kong, pocos han tenido un ascenso tan
fulgurante como Lau, que en poco más de una década pasó de abrir un pequeño
café a dirigir uno de los restaurantes más celebrados de la ciudad.
Meses atrás, Tate
Dining Room fue galardonado con dos estrellas Michelin, un hito para las chef
asiáticas, a menudo menospreciadas.
Y aunque muchos
chefs dicen en entrevistas que los premios no significan gran cosa, Lau, de 40
años, es más frontal. "Yo no entré a la industria porque quería estos
reconocimientos, pero con el tiempo, sí se convirtieron en una meta", dijo
en una entrevista con AFP.
La importancia del
doble Michelin para las mujeres. "Creo que sí dice algo porque impulsa a
mucha gente en nuestra industria a seguir adelante", dijo Lau, una
exdiseñadora gráfica que cambió de carrera. Asegura que realmente no pensó
mucho en cómo sería su experiencia por ser mujer y chef cuando entró en la
profesión. Recordó que muchos de sus compañeros eran mujeres cuando estudió en
la academia culinaria Cordon Bleu de Bangkok.
Una vez dentro del
oficio, vio cómo los hombres dominaban todo, especialmente las oportunidades de
ascender en una empresa o ser propietario de un negocio.
Al comenzar a
llamar la atención con sus platillos, al inicio le cansaba ser consultada sobre
su género, el ejemplo que estaba dando y el modelo a seguir en que se había
convertido.
Pero con el tiempo
comenzó a aceptar la realidad de que su éxito podría servir para motivar a
otras. "De hecho se convirtió en una de mis motivaciones para ir a trabajar",
afirmó.
Una generación de
jóvenes empresarias. Lau es parte de una nueva generación de mujeres chefs de
Hong Kong, junto a Peggy Chan y May Chow, que se han convertido en ejemplo de
empresarias exitosas.
Los premios
culinarios internacionales tradicionalmente se enfocan en la cocina occidental
y chefs masculinos, pero lentamente, las listas de ganadores comienzan a
reflejar un poco más la realidad del mundo.
Aunque los avances
pueden parecer desesperadamente lentos, el movimiento "Me too" trajo
a la luz el comportamiento masculino que era elogiado por críticos de cocina y
programas de televisión.
"La industria
culinaria está dominada por los hombres, como todo el mundo sabe, pero también
espera que las mujeres se comporten como hombres", se quejó Peggy Chan,
una de las primeras chefs de alta cocina vegetariana en Hong Kong.
El lento
crecimiento de las mujeres, tanto en las cocinas profesionales como en la
propiedad de restaurantes, dijo Chan, comienza a tener un impacto.
"Ahora hay
mucho más espacio para diferentes tipos de personalidades", aseguró.
Lau dice que su
cocina es más de 50% femenina, y las chefs con hijos son consideradas, no
marginadas. "Aquí no celebramos el estilo gritón de Gordon Ramsey",
señaló Lau.
El paso de la
pandemia
Su negocio se ha
mantenido a flote durante la pandemia del coronavirus gracias a que ha
realizado catering, ventas para llevar y una pastelería. También abrió por
primera vez para almuerzo, ofreciendo un menú de degustación de menor precio
basado en un solo ingrediente.
"Hemos hecho
arroz, tofu, té, salsa de soya", detalló la chef. Cada plato de su último
menú es elaborado con las distintas partes de una planta: semillas, hojas,
bulbos, tallos, frutos, raíces y flores. Lau dice que la pandemia la empujó a
un espacio más creativo y reflexivo.
"Creo que el
covid va a poner a la globalización en una pequeña pausa", vaticinó, al
afirmar que los restaurantes de alta cocina se ven obligados a utilizar más
ingredientes locales.
Para ella, la alta
cocina es una forma de "expresarse en un plato", y "muchas veces
uno se puede perder un poco".