CELESTE BEJARANO


 

CELESTE BEJARANO

 Aunque Celeste ya coqueteaba con el tema femenino en su trabajo plástico, fue hasta que se convirtió en madre que se autonombró feminista con un trabajo intimista y autobiográfico.

Sus obras dejan testimonio de la primera generación de madres que se atreve a hablar de estos temas tabú en la construcción cultural de una maternidad romantizada. 

 Su nueva serie “Mamá. Luz y sombra”, retrata a través de pinturas y esculturas los claroscuros de ser madre: el cansancio, la pérdida de libertad, la muerte social que deviene al momento de tener un hijo, la exigencia del silencio y los juicios a los que una mujer se ve sometida cuando decide seguir adelante con su embarazo. Sus obras dejan testimonio de la primera generación de madres que se atreve a hablar de estos temas tabú en la construcción cultural de una maternidad romantizada. 

Joven, millennial, madre y artista, Celeste Bejarano vive su maternidad desde la lucha. Identifica que hoy en día el machismo ha mutado entre simulaciones y silencios que las propias mujeres se han autoimpuesto. En esta sospecha pidió a través de Facebook, a más de 600 mujeres de distintas edades, contar sus testimonios sobre cómo ha sido ser madres; fue así que recibió cientos de relatos que confirman su propia experiencia y que posiblemente nunca habían sido revelados. Miedo, soledad, abandono, falta de sueño, incertidumbre de tener una vida en brazos que depende de ellas, son algunas de las emociones que las mujeres experimentan al convertirse en madres; sin embargo, en México la idea de la maternidad es idealizada hasta acallar las verdaderas necesidades de una crianza humanizada. 

El trabajo de Celeste Bejarano es una crítica a ello y un testimonio visual del sentir de las mujeres ante su desafío más grande: seguir siendo ellas mismas y no perderse cuando otro ser humano exige ser alimentado de su pecho. ¿Es posible seguir siendo quienes éramos? ¿Dónde están las redes de apoyo para maternar? ¿Cómo se puede ser exitoso en el ámbito laboral y ser una buena madre a la par? ¿Hay que decidir entre ambas? Ninguna duda es nueva, pero apenas las madres más jóvenes, como Celeste, se atreven a decirlo en voz alta.

Celeste Bejarano también ha trabajado con temas como el linaje femenino, la importancia de las abuelas en la educación de los niños en México y la costura como actividad de espera y resistencia en los hogares mexicanos, casi todos con una máquina Singer en casa, donde un par de generaciones ha cosido muchas veces para salir adelante y alimentar a la familia o enviar a los hijos a estudiar. La obra “Retrato surrealista de mi abuela”, hace un homenaje a esas abuelas, que lucharon hilvanando hilos y bordando vestidos. El trabajo de Celeste Bejarano deja en claro que lo íntimo es político. 

Las mujeres en el arte, como en otros ámbitos, han tenido que esforzarse para poder dar visibilidad a su trabajo. 

Las mujeres en el arte, como en otros ámbitos, han tenido que esforzarse para poder dar visibilidad a su trabajo. Durante siglos, las que lograron dedicarse a las manifestaciones creativas, firmaron con nombres masculinos o los nombres de sus padres o maridos. Recibieron pagos menores por sus obras y fueron consideradas solo por ser las esposas de alguien más y no por ellas mismas. Han tenido que pasar siglos para ser reconocidas.

Las artistas de hoy son el resultado de muchos años de historia y lucha por la equidad y sus formas. 

Fuente: Revistacentral





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