CARME KARR I ALFONSETTI


 

CARME KARR I ALFONSETTI

 LA REVISTA FEMINAL: PARADIGMA DE LAS PUBLICACIONES FEMINISTAS ESPAÑOLAS DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX 

La revista Feminal surgió en un momento y lugar geográfico donde era necesaria una publicación que fuera reflejo del pensamiento cultural de una época pero con un punto de vista diferente, con el marginado hasta entonces de la cultura, con el punto de vista femenino. La creación de Feminal se debió al proyecto personal de Carme Karr quien aunó en un mismo medio la reivindicación de la cultura catalana y la de los derechos de la mujer; surgiendo en 1907, en Barcelona, como suplemento del periódico la Il·lustració Catalana y permaneciendo en las tiradas de imprenta durante diez años, momento en que desapareció debido a la crisis producida por la Primera Guerra Mundial. 

Como la propia Karr enuncia en el primer número de la revista, su objetivo es producir una revista «destinada especialmente a la cultura de la mujer . Por ello, cualquier manifestación social, literaria, científica y artística realizada por una mujer tenía cabida en esta publicación mensual y en el terreno musical no sólo se comentaba la carrera profesional de diversas instrumentistas, cantantes y compositoras, sino que también se incluía una pieza musical en muchos de sus números . El repertorio musical publicado en Feminal pertenece al género de salón y es heredero de un conjunto de cambios que se dieron en las décadas precedentes en Cataluña, ya que la situación en el resto de España era diferente. 

El ascenso de la burguesía barcelonesa en el último tercio del siglo XIX, produjo una demanda de música pra este género y el reformismo político provocó que el arte catalán tuviera una mayor influencia europea. Asimismo, el aumento del interés por la recuperación de la cultura catalana, el florecimiento de la poesía catalana y el ideario de Felipe Pedrell sobre la canción lírica que conjugó sabia popular, romanticismo y europeísmo, ayudaron a los compositores catalanes a tomar consciencia de la trascendencia de la cançó catalana en el proceso de identificación nacional. 

Feminal fue el proyecto personal de Carme Karr i Alfonsetti, escritora y colaboradora de varios periódicos como Joventut y L’Avenç, interés que compartía con su tío Alphonse Karr, prestigioso director del diario parisino Le Figaro. Lluís Via i Pagès, director literario de Joventut y fiel admirador de Karr, fue la persona que la vinculaba a las dos publicaciones y también fue quien le presentó a Francesc Matheu, director del periódico Il·lustració Catalana. Éste último fue quien recomendó a Karr que en lugar de crear una revista sólo para mujeres, utilizase un periódico ya establecido e hiciera un suplemento en él, consejo que siguió Carme Karr y a través de su periódico creó la revista Feminal; publicación mensual que comenzó su existencia en 1907 y finalizó en 1917 debido al encarecimiento del papel por la segunda guerra mundial. 

Carme Karr aunó dos de sus grandes de deseos en la revista: la reivindicación de la cultura catalana y la de los derechos de las mujeres. Sobre el primero de los deseos se interesó por cualquier manifestación cultural que se centrase en la región catalana, incluida la lengua, motivo por el cual toda la revista está escrita en catalán. Sobre el segundo de los deseos, a lo largo de la publicación se aprecia una gran participación del sector femenino en cualquier campo relacionado con la cultura; escribiendo Karr lo siguiente: Que vengan (…) a nosotras todas las mujeres: las escritoras, las poetisas, pedagogas; las pintoras, dibujantes, músicas, las artistas, las sociólogas, las pacifistas, las estudiantes. Que vengan también las artesanas; que vengan sin timidez todas aquellas que aspiren a ser algo. O a producir cualquier obra social, artística, literaria, industrial, científica, etc., y traigan su pequeño grano de arena.  

El pensamiento ideológico en la revista Feminal El pensamiento ideológico que Carme Karr plasmó en Feminal está estructurado en torno a tres ejes: la educación, la profesionalización de la mujer y la reivindicación del derecho al voto. En relación al primero de ellos, la educación, Carme Karr enuncia que el objetivo de la revista es la cultura de la mujer. La autora no entra en la discusión de si las mujeres son menos inteligentes que los hombres, según sus propias palabras: «A la mayoría de las mujeres catalanas de hoy no les falta inteligencia, pero son en cambio de una gran ignorancia y esta ignorancia las esclaviza y las hace (…) envidiosas». En los artículos denominados Consideraciones, Carme Karr entra de lleno en el tema de la ignorancia, analizando las causas que la provocan y ofreciendo alternativas. 

Este punto ya había sido tratado por algunas de sus predecesoras, como Dolors Monserdà, que tenían una postura contraria hacia las teorías científicas que atribuían a las mujeres una menor capacidad intelectual que la de los hombres. Según la directora de Feminal, algunas de las causas que provocan esta ignorancia son las enseñanzas en los internados religiosos, donde no existe higiene, no se realiza ejercicio físico, los profesores tienen poca preparación y las niñas terminan sus estudios con 15 años. Después de los 15 años, estas niñas continúan su preparación con institutrices poco preparadas, hasta que se casan. Otro de los motivos de la deficiente educación femenina es debido a los padres, ni el padre practica su paternidad ni la madre su maternidad. Según Karr, «los padres son los culpables de este estado moral e intelectual de sus hijas, por esta confianza refinada, esta indiferencia con que han dejado que se eduquen en nuestras instituciones, tan deficientes». 

Sobre el último aspecto ideológico que se estudia en la revista, la reivindicación del derecho al voto, puede observarse como Carme Karr en prácticamente toda la revista centra su interés en aumentar la cultura de la mujer pero no en pedir el voto femenino al opinar que antes de que la mujer pudiera votar necesitaba aumentar su cultura ya que, en caso contrario, su voto no era útil. Sin embargo, en el último año de publicación de la revista, puede apreciarse como cambia su opinión sobre este tema y denuncia que la mujer no pueda votar o ser elegida para defender sus intereses, es posible que sea debido por el escaso interés que los dirigentes prestaban a las reivindicaciones feministas de la autora: 

¡El voto de la mujer! 

¡Por qué caminos de sangre, de duelo y de sacrificios habremos de conseguir

este derecho que se nos debía desde la primera legislación que se hizo en la

tierra! (…) 

¿No es la mujer contribuyente del Estado en iguales condiciones que el

hombre? ¿Existe para ella rebaja especial (por ser mujer y no tener derecho al

voto) en las tarifas de cualquier clase? (…) 

¿Por qué no podría, pues, ser elegida la mujer para defender en las

Corporaciones municipales, provinciales, en el Congreso, en las Cortes, aquellos

intereses femeninos que forman una parte integrante de la nación? (…) Ya he

 citado Suecia y Noruega; podría hacerlo también con Finlandia y Dinamarca,

 así como con algunos Estados de EEUU, en que el voto de la mujer es más que beneficioso. (…) 

Va llegando la hora de la justicia en nuestros derechos, y el futuro

demostrará a los hombres que necesitan a la mujer para conseguir aquella

forma de gobierno ideal soñada por Platón en su República, es decir:

el gobierno de los buenos por los mejores1 

Leer artículo completo en: 

Fuente: La revista Feminal





IRÈNE JOLIOT-CURIE


 

IRÈNE JOLIOT-CURIE

Feminista, con un fuerte compromiso científico, social y político 

Durante la primera guerra mundial, con 17 años Irene se unió a su madre Marie Curie como enfermera radióloga en los hospitales de campaña del frente. A los 19 años, mientras se licenciaba en Física y en Matemáticas en la Sorbona, ya hacía de ayudante de laboratorio de su madre en el Instituto del Radio. Allí conoció a Frederic Joliot que se convertiría en su marido y su compañero de investigación. Ambos compartían los mismos principios e ideas políticas, un compromiso de lucha por un mundo más justo y la pasión por la ciencia. 

Trabajando juntos descubrieron la radiactividad artificial lo que les valió el premio Nobel de Química en 1935 y que supuso un paso fundamental para el avance de la Física médica. Irene fue una mujer feminista, con un fuerte compromiso social y político, gran defensora de la igualdad y la equidad y luchadora contra el fascismo. Fue subsecretaria de Estado de Investigación Científica del Gobierno francés en 1936 y estaba convencida de que el progreso social podía conseguirse a través del progreso científico. Fue catedrática en la facultad de Ciencias de París. Directora del Instituto del radio y miembro de la Comisión de Energía atómica. 

En 1950 Friederic lanzó el llamamiento de Estocolmo contra la bomba atómica y fue elegido presidente del Consejo Nacional de la Paz. En la entrega de hoy se emite la primera parte.

compromiso político Sensibilizada por el ejemplo de su madre e iniciada por los compromisos feministas de su entorno, Irène toma conciencia muy pronto de la cuestión de la emancipación de la mujer. Su feminismo es muy activo, aunque nunca se inscribe en un movimiento militante. Aprovecha su notoriedad de galardonada con el Nobel para proclamar su opinión sobre la dependencia jurídica de las mujeres, la mayor susceptibilidad al desempleo para las asalariadas y la necesidad de obtener el derecho al voto. 

Convencida de que el derecho al trabajo es el bien más preciado que las mujeres deben adquirir, se adhiere al modelo de sociedad de la URSS, en el que la igualdad completa de los derechos entre hombres y mujeres se realiza plenamente y encuentra un eco en el compromiso político de su marido, militante inscrito en el Partido Comunista francés. Considera que la mujer tiene vocación de ser madre, pero que debe tener libre acceso al progreso, por lo que es favorable al concepto reciente de control de la natalidad, en lo que se opone al Partido Comunista cuando se crean los primeros centros de planificación familiar. Al tomar partido contra la dominación masculina, muestra una modernidad bastante destacable, defiende la dignidad de las mujeres y su derecho a disponer libremente de su cuerpo en el momento en que se vota la ley Marthe Richard, que consigue el cierre de las casas de citas. 

Irène se ha visto marcada desde la primera infancia por los valores de izquierdas procedentes de su abuelo, Eugène Curie, y del círculo de intelectuales y científicos cercanos a sus padres. Para ella, el progreso social pasa por los progresos científicos, y encuentra en los ideales comunistas su oposición visceral a los movimientos fascistas. Convencida del papel social que puede desempeñar la ciencia, se compromete públicamente y toma la palabra en varias ocasiones contra la guerra y el fascismo. Con el físico Jean Perrin, Premio Nobel de Física en 1926, y su marido Frédéric Joliot, escandalizados por la parsimonia con la que el Estado atribuye las ayudas financieras a la investigación, toma oficialmente posición para denunciar la insuficiencia patente de los presupuestos concedidos a los investigadores; su acción, apoyada por el ministro de Educación Nacional Jean Zay, cuyas cenizas se han trasladado recientemente al Panteón, conduce finalmente a la creación, en 1939, del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), que aporta una mejora notable a los créditos concedidos a la investigación. Todavía hoy, los investigadores continúan proclamando su insatisfacción ante la escasez de medios que se ponen a su disposición. 

El 4 de junio de 1936, Irène acepta el puesto de secretaria de Estado de Investigación Científica que le ofrece Léon Blum en reconocimiento al papel que los intelectuales progresistas han desempeñado en el éxito del Frente Popular. Por desgracia, su acción en el seno del Gobierno no se verá coronada por el éxito. Dimite unos meses más tarde porque considera que no ha conseguido con la suficiente rapidez la realización de sus principales proyectos: mejora sustancial de los presupuestos de investigación, reorganización de los estudios científicos para las niñas con derecho a conseguir licenciaturas y títulos, aumento de las relaciones de los investigadores con la industria y, finalmente, protección de las invenciones de los investigadores. Soporta mal la lentitud administrativa, la ausencia de voluntad manifiesta del Gobierno Blum para hacer avanzar sus proyectos y su vacilación ante la cuestión del derecho al voto de las mujeres. 

A este desacuerdo político se añaden las agresiones misóginas y las críticas personales de las que es víctima, en especial en la prensa, donde se siente caricaturizada, y los problemas de salud atribuidos al empeoramiento de su enfermedad tuberculosa. La sucede Jean Perrin. Después de su breve participación en el Gobierno, Irène continúa sus combates políticos y vuelve a la lucha antifascista. Se adhiere al Comité de Vigilancia de los Intelectuales Antifascistas, que se oponen a la actitud de no intervención proclamada por Léon Blum y sus ministros, en respuesta a la ayuda solicitada por Franco tras la insurrección en el Marruecos español. En 1940, la pareja entra en la Resistencia. Frédéric lleva una doble vida clandestina, mientras que Irène, debilitada por la tuberculosis, se instala en 1942 con sus hijos en Suiza, donde continúa lo que ella llama una «resistencia pasiva», acogiendo a los científicos extranjeros perseguidos por los nazis. Pacifista desde su experiencia de la Primera Guerra Mundial al lado de su madre, considera como modelos de sociedades igualitarias y pacifistas a la URSS y a las nuevas democracias populares comunistas del Este, a las que espera ardientemente que Polonia, su patria materna, se añada con rapidez. Los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, los días 6 y 9 de agosto de 1945, son, para la pareja Joliot-Curie, un choque violento acompañado de un sentimiento intenso de culpabilidad, compartida por todos los físicos implicados en el desarrollo de la energía nuclear. 

También viven estos acontecimientos como una traición por parte del Gobierno americano, que se ha creído autorizado a hacer un uso militar de sus descubrimientos. A través del CEA, Irène y Frédéric intentan entonces organizar una Cooperación Científica Internacional que tiene la misión de velar por que el desarrollo de la energía atómica y sus aplicaciones solo puedan ejercerse con una finalidad pacífica… Por desgracia, en este periodo de guerra fría en que se enfrentan los bloques americano y soviético, los políticos no quieren dejar la menor parcela de poder a los científicos. Mientras continúa incansablemente su trabajo en el laboratorio, Irène sigue comprometida en su lucha por el pacifismo y el feminismo. 

Está convencida de que la paz es en gran medida un asunto de las mujeres. En 1948, copreside, con el biólogo inglés Julian Huxley, el Congreso Mundial de los Intelectuales por la Paz y la Libre Circulación de los Descubrimientos que tiene lugar en Polonia, con quinientas delegaciones que representan a cuarenta y cinco países; se unen a ella artistas y resistentes, como Pablo Picasso, Fernand Léger, Vercors y Paul Éluard. En abril de 1949, se crea el Consejo Mundial de la Paz, dirigido por Frédéric Joliot-Curie, que inspira un año más tarde el llamamiento de Estocolmo que exige la prohibición inmediata del arma atómica, firmado por más de catorce millones de franceses y ciento cincuenta millones de personas en el mundo. El último mensaje oficial de Irène, dirigido al Congreso Mundial de las Madres que se celebra en 1955, resume todo su combate: «Apruebo la iniciativa de la Federación Democrática Internacional de las Mujeres de convocar un Congreso Mundial de las Madres para la defensa de sus hijos contra el peligro de una nueva guerra […] que sería la guerra atómica». 

Muere de una leucemia aguda el 15 de marzo de 1956, a la edad de cincuenta y ocho años, dos años antes que su marido, víctima de una cirrosis secundaria a una hepatitis inducida por la radiación. 

Fuente: galicia






SOPHIE GERMAIN


 

SOPHIE GERMAIN

La chica que se hizo pasar por hombre para ser matemática a la luz de las velas 

Marie-Sophie Germain nació en París el 1 de abril de 1776, con un padre comerciante que fue elegido representante de los Estados Generales en la Asamblea Constituyente en 1789, lo que permitió más tarde a Sophie escuchar en su propia casa conversaciones sobre filosofía y política con personas relevantes. 

Cuando estalló la revolución en 1789, Sophie estuvo un tiempo confinada en casa para protegerse de la vorágine de aquellos días. Se dedicó entonces a devorar, literalmente, la biblioteca de su padre y quedó fascinada por la muerte de Arquímedes en uno de los libros de historia de las matemáticas que encontró. Decidió entonces que debía dedicar todos sus esfuerzos a las matemáticas, llegando a aprender latín y griego para poder leer las obras de Isaac Newton y Leonhard Euler. Sus padres no aprobaron tal entusiasmo y llegaron a prohibirle encender una estufa para calentar su cuarto o que usara ropas de abrigo para evitar que siguiera leyendo. Nada pudo contra la voluntad de aquella muchacha que pasaba noches enteras a la luz de las velas para poder seguir con sus lecturas. 

Cuando Sophie tenía 18 años, en 1794, abrió sus puertas la Escuela Politéctica de París, y aunque no admitían mujeres, si se podían seguir los cursos por las notas de clase, y así Sophie se inscribió con un nombre falso de hombre, Antoine-August Le Blanc. Los alumnos también podían enviar observaciones a sus profesores y así Joseph Louis Lagrange no tardó en recibir los comentarios de Monsieur Le Blanc. Al darse cuenta de su valía, le instó a reunirse y allí descubrió su identidad, aunque Lagrange continuó apoyándola.

Sophie Germain mantuvo una correspondecia activa con matemáticos de mucho renombre, como Legendre y Gauss. Con Carl Friedrich Gauss entabló una correspondencia regular con resultados interesantes sobre teoría de números, usando el seudónimo de M. LeBlanc. Su verdadera inquietud por la correspondencia con Gauss se acusaba en su interés por el teorema de Fermat, publicando posteriormente un resultado en un caso particular que llegó a ser conocido como Teorema de Germain. 

La primera carta intercambiada entre ellos está fechada en 1804 y la correspondencia dura hasta 1809, aunque luego se reanudaron los envíos en 1815. Gauss contestaba con retraso y en muchos casos no lo hacía. Un episodio de la invasión napoleónica de 1807 fue la causa de que Sophie revelara su identidad a Gauss. Germain intercedió por Gauss que estaba en la invadida ciudad de Braunschweig por medio de un amigo de su familia, el general Pernetti. Tres meses después, Sophie le descubre su verdadera identidad y Gauss se lo agradecía así:

“Pero cómo describir mi admiración y asombro al ver que mi estimado corresponsal Sr. Le Blanc se metamorfosea […] cuando una persona del sexo que, según nuestras costumbres y prejuicios, debe encontrar muchísimas más dificultades que los hombres para familiarizarse con estos espinosos estudios, y sin embargo tiene éxito al sortear los obstáculos y penetrar en las zonas más oscuras de ellos, entonces sin duda esa persona debe tener el valor más noble, el talento más extraordinario y un genio superior.” 

Su segundo resultado importante en teoría de números fue la demostración de que para todo número primo n menor que 100 no existe solución a la ecuación de Fermat, cuando los números x, y, z no son divisibles por n, aunque de hecho la demostración valía para primos menores que 197. Mas tarde, L.E. Dickson usa el Teorema de Germain para elevar la cota a 1700. 

Sophie Germain, además de destacar en la teoría de números, desarrolló un trabajo incipiente en teoría de la elasticidad. Un concurso propuesto en La Academia de las Ciencias de París concedía el “Prix Extraordinarie” a quien resolviera un problema propuesto sobre el efecto de las vibraciones de una superficie elástica y permitiera comparar los resultados teóricos con los experimentos. Este problema venía de los experimentos de Ernst Florens Friedrich Chladni sobre placas metálicas vibrantes.

Sophie tuvo que presentar hasta tres manuscritos para que se le concediera el premio, aunque con ciertas reservas. Quizás por ello no fue a recogerlo, al haberse sentido desprestigiada por muchos de sus colegas, por el hecho de ser mujer. 

En este trabajo Sophie propuso las ecuaciones diferenciales de superficies vibrantes. Las dos primeras entregas estuvieron inconclusas, hasta que la tercera fue la premiada, bajo la supervisión del análisis matemático por parte de Lagrange. El postulado principal de este trabajo fue: “en un punto de la superficie la fuerza de elasticidad es proporcional a la suma de las curvaturas principales de la superficie en dicho punto”. Las consideraciones de simetría translacional y rotacional de la placa, llevó a Sophie a la formulación de una ecuación en derivadas parciales de sexto orden, cuyas soluciones se daban en forma de series trigonométricas. Poisson, con el que tuvo varias consultas, publicó su propio trabajo sobre elasticidad sin agradecerle sus consejos. 

Sophie supo en 1829 que tenía cáncer de mama, y así y todo, siguió trabajando sobreponiéndose al dolor hasta su fallecimiento el 27 de junio de 1831 en su casa de París.

Sophie, víctima de su sexo, y debido a su restringido acceso a la ciencia, no tuvo la oportunidad ni de acceder a una educación mas formal en matemáticas (se le criticó en su momento alguna falta de rigor en sus planteamientos matemáticos) ni de publicar sus resultados a tiempo, antes de que muchos otros lo hicieran, utilizando en varios casos sus ideas. 

Sophie Germain fue una mujer que no sólo destacó en las matemáticas. También contribuyó con obras filosóficas que fueron bien acogidas por filósofos como Auguste Comte. Sin embargo, todos sus tratados no fueron siempre aceptados, debido al mismo problema de raíz: su naturaleza de ser mujer. 

Hoy en día, Sophie Germain ocupa un lugar estelar entre los grandes matemáticos de la historia. 

Fuente: openmind.com



SHAMSIA HASSANI




 

SHAMSIA HASSANI

 Considerada la primera artista urbana en Afganistán, desde 2010 Shamsia Hassani ha llenado las calles de Kabul de murales protagonizados por mujeres que reclaman justicia, paz, igualdad y derechos. Desde hace una década desarrolla una actividad atípica como muralista y artista urbana en Afganistán, un país dominado por los hombres donde las mujeres sufren física y emocionalmente la violencia feminicida y los estragos de décadas de guerra. 

Shamsia Hassani nace en Teherán en 1988 en una familia afgana emigrada a Irán huyendo de la guerra. Ante las dificultades de acceder a los estudios superiores en Irán por su condición de migrante, en 2005 se instala en Kabul. Estudia arte tradicional en la Universidad de Kabul donde actualmente trabaja como profesora de escultura. En 2010 tiene su primer contacto con el mundo del graffiti en un taller del grafitero británico Chu en Kabul. A partir de estos contactos con el graffiti occidental, funda un colectivo de arte contemporáneo y varios festivales de arte urbano en un país en el que el arte ha sido destruido tras décadas de guerra. 

Shamsia Hassani forma parte de una nueva generación de artistas afganos, nacidos en el exilio durante la guerra ruso afgana y que regresan a Afganistán a partir de la caída de los talibanes. Llenar de arte las calles de Afganistán implica tratar de reconstruir emocionalmente un país en el que el arte fue destruido por los talibanes y que carece de una red de espacios para el arte contemporáneo. 

Reconoce haberse iniciado en el graffiti y el arte urbano por una cuestión práctica: los aerosoles y plantillas son más baratos que los materiales tradicionales. Pero pintar en las calles también tiene un contenido simbólico y político. Interviene clandestinamente en edificios abandonados, destruidos y bombardeados en apenas unos minutos para evitar ser descubierta y las posibles represalias. Shamsia Hassani es una mujer artista realizando una actividad ilegal en Afganistán. Su propósito es llenar de arte las calles de Kabul lo que implica acercar el arte a la sociedad, en un país sin apenas infraestructuras artísticas.

En sus murales se puede extraer un importante contenido feminista. Ella demuestra que, aunque Afganistán sigue siendo un país peligroso y opresor para las mujeres, las mujeres afganas pueden ser independientes y fuertes. Las mujeres que retrata se muestran orgullosas y dispuestas a aportar cambios positivos y nuevas esperanzas en la sociedad afgana. 

Trabaja una iconografía muy visual y repetitiva que hace que su obra sea muy reconocible. Peces encerrados en burbujas, ojos, pájaros, arquitecturas en trampantojo y también motivos decorativos dentro de la tradición islámica afgana junto a poemas y caligrafía, conforman su universo pictórico. Pero sobre todo son las mujeres las verdaderas y únicas protagonistas de sus murales. Mujeres con vestimentas tradicionales pero que han modernizado el niqab o el burka tradicional y que se muestran empoderadas y con ambiciones. Estas imágenes son reconocibles por los rostros apenas esbozados de sus mujeres que representan el rostro de todas las mujeres que han sido silenciadas, violentadas y oprimidas en Afganistán. Con los ojos cerrados y sin labios, con frecuencia portan instrumentos musicales. De esta manera Shamsia Hassani lanza un mensaje positivo al mundo: las mujeres afganas no tienen voz pero sí se expresan.

En 2012 realiza uno de sus murales más emblemáticos en las ruinas del antiguo Centro Cultural de Kabul. Se trata de una mujer vestida con burka sentada en las escaleras y acompañada de un poema que alude a la pérdida en los años de la guerra: «El agua puede regresar a un río seco, pero ¿qué pasa con los peces que murieron?». 

Por lo excepcional de su práctica y a través de contactos en el mundo del arte urbano internacional también ha realizado intervenciones urbanas en otras ciudades occidentales como Nueva York, Los Ángeles o Ginebra. En los últimos años ha comenzado a trabajar el graffiti digital. Para ello toma fotografías de los rincones de la ciudad que le gustaría pintar y las interviene diseños en Photoshop o con pintura acrílica.

Shamsia Hassani a través de su práctica artística muralista y feminista trata de inspirar a las mujeres de todo el mundo y aportar nuevas esperanzas a las mujeres de su país. 

Fuente:Woman Art House





SONIA DELAUNAY


 

SONIA DELAUNAY 

“¡Desprecio la palabra feminista! Nunca pensé en mí como una mujer de manera consciente. Soy artista.” 

Sonia Delaunay fue una artista abstracta multidisciplinar, figura clave en la Vanguardia parisina del Siglo XX. Junto a su marido, Robert Delaunay, fue pionera del movimiento Orfismo. Explorando interacciones entre los colores, aportaron una gran profundidad al estudio cromático que revolucionó su época e influyó a artistas posteriores. Aunque nació en Ucrania, se la considera una artista francesa, pues su vida laboral se desarrolló en París. Su obra se extiende a la pintura, la moda, el diseño textil y la escenografía. Fue la primera artista femenina viva en conseguir una exposición retrospectiva en el Museo del Louvre. Sus creaciones, con formas de abstracción geométrica y modernos diseños, innovaron moda, muebles, tejidos y decoración.

Sonia Delaunay, la «prima» contemporánea 

Poética y soñadora, podríamos considerarla la “prima» contemporánea de la bailarina Isadora Duncan, pues como ella, nos evoca poesía en movimiento, como sus pañuelos vaporosos con dibujos de espirales. La pintora experimentó con entusiasmo sobre una amplia gama de materiales incluyendo ropa, textiles, alfombras, papel de paredes, tapicería, mosaicos y encuadernación.

 Sus trabajos son precursores del movimiento Bauhaus de los años treinta. Con una prolífica carrera que abarcó casi todo el siglo XX, Delaunay pasó de la pintura figurativa a las espirales abstractas, zigzags entrelazados y discos de colores de gran contraste, por los que es conocida. Diseñó para el mundo de la moda, el cine y el teatro. Sus comisiones incluyeron trajes para Sergei Diaghilev, el fundador de los vanguardistas Ballets Rusos. Sonia Delaunay pintó, diseñó, dirigió tiendas, creó dos empresas de diseño textil e incluso colaboró ​​con poetas como Guillaume Apollinaire y Tristan Tzara. Jugó a todos los juegos y tocó todos los palos de su época: era políglota, bailaba tango, tradujo a Kandinsky y fue una mujer creadora, completamente moderna, en un mundo de hombres. Rompedora e indomable, poco antes de morir, declaró en una entrevista: 

“ ¡Desprecio la palabra feminista! Nunca pensé en mí como una mujer de manera consciente. Soy artista.” 

Una joven rusa en París

Sonia Delaunay, nacida Sara Stern en una modesta familia judía en Odessa (Ucrania) en 1885, la artista fue adoptada a los cinco años por unos parientes ricos, sus tíos abuelos, en San Petersburgo. Intelectualmente privilegiada, estudió pintura en Alemania y en 1907 ya pintaba bajo las influencias del Postimpresionista Paul Gauguin, el Expresionismo Alemán y los Fovistas, a quienes había visto en Paris. Sus primeros cuadros parecen querer liberarse de cualquier atisbo clásico. Su matrimonio con el crítico de arte alemán Wilhelm Uhde en 1908 le permitió establecerse en París. Wilhelm había visitado el estudio de Picasso en Montmartre y conoció su primera pintura cubista, “Las Señoritas de Aviñón». También expuso la obra de Henri Rousseau y le organizó a Sonia su primera exposición. En 1910 se divorció para casarse con el pintor vanguardista, el aristócrata francés, Robert Delaunay. Dejó de pintar, concentrándose en crear telas y bordados. En 1912, dio a luz a su único hijo. Podría parecer la típica historia de esposa de talento subyugada por las demandas soberanas del genio masculino. Pero no lo es. Sonia Delaunay es hoy considerada como una artista más intensa y más compleja que su marido.  

Descubriendo el arte abstracto 

Su primer diseño puramente abstracto fue un edredón con remiendos cosidos, para la cuna de su bebé. Rectángulos oscuros y triángulos de color claro recuerdan el arte popular ruso y el Cubismo. Creó encuadernaciones abstractas para libros, y decoró una caja de madera para juguetes. Empezó a confeccionar ropa que llamó “vestidos simultáneos”, cosiendo formas geométricas, con tiras coloreadas que acentuaban el movimiento del cuerpo. Se trataba de pinturas para ser utilizadas. Diseñaba su ropa y la de Robert y salían por los clubs bohemios de París, muy vivos no sólo por la música sino por la nueva luz eléctrica. La ropa de los Delaunay llamaba la atención. Se integraban con la música, las luces, los ritmos y la atmósfera del tango y el foxtrot. 

La guerra transformó a la pintora en diseñadora

El estallido de la primera guerra mundial, sorprendió a la pareja Delaunay en el País Vasco. Siendo ella judía, decidieron quedarse en España durante el conflicto. Sonia pintó escenas callejeras y bailes de flamenco. Tras la revolución rusa de 1917, había perdido sus ingresos familiares y comenzó a diseñar ropa. Con la ayuda de su gran amigo Sergei Diaghilev, Director de los Ballets Rusos, abrió tiendas en Bilbao, Madrid y Barcelona para ​​vender ropa, telas y artículos para casa 

Vuelta a París: Artes Simultáneas

Tras el fracaso de su empresa, debido a la guerra, volvieron a París, donde Sonia fundó un nuevo negocio con la base de su experiencia. Consiguió que su moda y telas aparecieran en la portada de Vogue. Su clientela de alto nivel, incluía a aristócratas y famosas, como la actriz Gloria Swanson, para quien diseñó un abrigo. Bordó poemas sobre ropa, diseñó trajes para los Ballets de Sergei Diaghilev y pintó decorados para producciones de teatro Dadaístas y escenarios de cine. Convirtió su hogar familiar en una especie de escenario doméstico abierto al público. Los diseñadores contemporáneos aún están influenciados por sus tejidos, muestras, corbatas, ropa de playa, sombrillas, bolsos y zapatos. En 1925, Sonia hizo una de las primeras películas en color, con mujeres modelando con sus prendas de moda. En sus propias palabras 

“Todo esto no es más que diversión. Lo veo como Pintura Abstracta plasmada sobre otros medios.” 

Invención de un nuevo movimiento artístico: ORFISMO

Sonia y su esposo Robert, fueron cofundadores del Orfismo. Este estilo parte de la simbiosis de formas geométricas y la combinación de colores fuertes fríos con calientes. En pareja, desarrollaron una nueva teoría de los contrastes de color. Basados ​​en textos del poeta Chevreul, llamaron a esta abstracción lírica “Simultanismo”. Más tarde se conoció como Orfismo (Orphism) . Demostraron que la yuxtaposición cromática afecta a cómo percibimos los colores. En sus primeros experimentos, Sonia entra y sale de la Abstracción. En medio de múltiples formas circulares, aparecen figuras bailando, edificios y palabras. Sonia está reaccionando al recién inventado Cubismo pero al mismo tiempo se niega a adoptar su monótona paleta de colores. En 1937, la pareja Delaunay produjo, con un equipo de asistentes, gigantescos lienzos murales para la Exposición Internacional de París. Celebrando innovaciones tecnológicas francesas, pintan motores de avión, una hélice y un panel de instrumentos de aviación. Mezclaron dibujos técnicos ampliados de piezas de motor, pistones, motores y hélices. Crearon pinturas vibrantes de color y energía que podrían haber sido hechas hoy. Rebosan de optimismo por el futuro. Mientras tanto, alemanes y rusos luchaban y Picasso mostraba su “Guernica” en el pabellón español. 

Exploración del arte textil

Pionera del Arte Abstracto, Sonia Delaunay no hizo distinción alguna entre la pintura y el diseño, fluyendo a la perfección entre lienzos de alto nivel, moda para bohemios avant-garde y diseños de lino impresos en patrones geométricos. Sus obras que siguen vivas, simbolizan vanguardia y elegancia incluso hoy. Esta dimensión intemporal es uno de los atributos más distintivos de su obra. Parece perpetuamente moderna, siempre en sintonía con los tiempos a medida que progresa el siglo XX e incluso el XXI. Algunos de sus brillantes aprendices crearon la actual compañía de moda escandinava Marimekko. Los tejidos que produjo Sonia en su «Atelier Simultané» de Paris, resultan hoy asombrosamente modernos y nos siguen inspirando una alegría genuina. Creó un abrigo decorado, como si fuera pintado por Matisse y un chaleco que parece la materialización de una pintura de Picasso. Son testimonio de la brillante inteligencia comercial y dotes artísticas de Sonia Delaunay. 

Cuando Sonia Terk se casó con Robert Delaunay en 1910, tenía 25 años. Ya había cambiado su país y su nombre dos veces. Antes tuvo un breve matrimonio de conveniencia con Wilhelm Uhde, un rico crítico de arte y coleccionista. El era homosexual y ella estaba bajo presión social de su familia en Rusia. La boda le permitió quedarse en París y fueron íntimos amigos de por vida. Pero Sonia encontró su verdadera alma gemela en el artista Robert Delaunay, pintor pionero de la Abstracción. Juntos, se convirtieron en la pareja más novedosa de la Vanguardia. Sonia sólo deja de pintar cuando le obliga la historia: la primera guerra mundial, las secuelas de la Revolución Rusa, el ascenso de Hitler cuando la pareja escapa de Francia a España y Portugal, cuando el dinero escasea. Pero siempre que puede, vuelve a la pintura. Pintó como catarsis durante la larga enfermedad de su marido, tras su muerte y hasta el final de sus días. Durante toda su vida tuvo un apasionado compromiso con la pintura. En sus cuadros de posguerra su paleta se vuelve más opaca y plana, y sus formas, más agudas. Pero siguen siendo juguetones como cualquier abstracción. Los círculos todavía están divididos por líneas. Pero siempre, la esencia de su estética permaneció sin cambios. Sonia sabe dónde darle peso y solidez a las formas y dónde dejar que la pintura respire. Su toque personal es el de una pura sangre del arte: segura, cuidadosa y descuidada, pero siempre moderna. 

En 1941, Robert sucumbió al cáncer y Sonia perdió a su alma gemela artística. Sin su presencia, la conversación se volvió unilateral. Sus pinturas son exploraciones interesantes pero sin la obra de su marido para compararlas. Sonia siente como si algo le faltara. En sus últimas fotos se la reflexiva y melancólica. Volvió a pintar obras circulares como las de antes de sus creaciones textiles. Con la esperanza de mantener vivo el legado de Robert, trató de mantenerse fiel a sus teorías Orfistas. Tal vez encontró consuelo en la abstracción cromática que ambos iniciaron. 

Sin embargo, uno se pregunta qué hubiera podido ser si hubiera sido menos leal a Robert y más interesada en explorar con sus lienzos, la explosiva diversidad de los diseños abstractos que nos legó en sus creaciones textiles. 

“No he conseguido olvidar a Robert, ni tampoco los críticos de arte”, dijo Sonia.

La historia contemporánea podría preferir verla sin Robert, esposa sin marido. Ella es ciertamente tan buena como él… e incluso mejor. Pero juntos rompieron fronteras, como pareja casada, como familia, a veces por necesidad, a veces por algo más nebuloso. Sonia Delaunay es ciertamente digna de exposiciones retrospectivas por sus propios logros. Su historia no es de dos contrarios individuales, sino la de una mujer y un hombre que vivieron y trabajaron en profunda armonía como pareja y como artistas. 

Fuente: WikiArt




FRIDA KAHLO


 FRIDA KAHLO y el símbolo del feminismo

Qué es el feminismo y su símbolo?

El feminismo es un movimiento con varios siglos de historia.

¿Qué es? Mujeres en Red señala que es un movimiento social y político que implica que las mujeres han tomado conciencia de ser un grupo subyugado a los hombres dentro del seno del patriarcado. Por ello pasan a la acción para liberarse.

¿Cuándo surge? Algunos achacan su nacimiento a la propia Revolución francesa, donde también las mujeres se levantaron para reivindicar sus derechos y criticar que este movimiento se centraba solo en el hombre.

¿Qué meta feminista se transformó en simbólica? Aunque pusieron todo su empeño, esta revolución no les ayudó a conseguir sus objetivos, así que empezaron a luchar ellas mismas, al margen de este movimiento. Es entonces cuando nace una de las luchas que se ha convertido en símbolo del feminismo: la lucha por el derecho al voto.

¿Cuál es su objetivo? Durante todo este tiempo han surgido diferentes figuras que han luchado por la total inclusión de la mujer en la sociedad, mujeres fuertes y conscientes de la situación que han querido aportar su grano de arena a la causa.

¿Qué es ser una persona feminista? Ser una mujer u hombre que cree en la justicia y equidad. Por ello batallan pacíficamente a favor de la igualdad de derechos entre ambos géneros. El objetivo es poner fin a la discriminación y desigualdad que sufren las mujeres y niñas. Hay que tener presente que ser feminista no es lo opuesto a ser machista. Así lo explica Fundeu, pues mientras un término reivindica la igualdad, el otro apuesta por la superioridad de los varones.

¿Cuáles son sus distintivos? El ensayo El símbolo y el género: una aproximación a la simbología feminista de Lara Gil Menés nos habla de cómo el movimiento feminista ha adoptado símbolos universales y ha creado los suyos propios. Por ejemplo:

Un puño en alto como reflejo de la resistencia y no sometimiento de las mujeres



¿Quién fue Frida Kahlo?

Frida Kahlo fue una pintora mexicana de principios del siglo XX y, en un mundo de hombres (que eran los que se encargaban de recibir los reconocimientos en el plano artístico), Frida no solo destacó sino que abrió un camino a todas esas mujeres seguras de sí mismas y de su talento.

La obra de Kahlo ha sido tremendamente prolífera e influida por episodios muy diversos de su vida, como un accidente que la dejaría postrada en una cama durante largo tiempo.

La mujer que rompió con los estereotipos

Pero si pensamos en quién fue esta artista, sin duda nos viene a la cabeza su aspecto físico. ¿Nos equivocamos?

Frida decidió crear su imagen como si de una obra se tratara, y quiso enfocarla a la lucha hacia la igualdad. Masculinizó su aspecto, permitiendo y aceptando el vello facial, y se olvidó de los estereotipos de género, que eran tan seguidos en la época.

Acciones más allá de la pintura

Frida es un símbolo del feminismo por algo más que por sus cuadros. Aunque el hecho de que una mujer hubiese llegado tan lejos en el mundo de la pintura en aquellos tiempos ya tiene mucho que aplaudir, Kahlo quiso ser una mujer luchadora en otros ámbitos, como el político.

Defensora del marxismo y de los derechos de las personas indígenas, participaba activamente en política, un rol que estaba asignado casi en exclusiva al género masculino.

¿Crees que aquí termina su papel? Queda lo más importante: ¡su legado artístico!

El feminismo en sus obras

Sin duda, donde podemos ver una mejor manifestación de sus ideales es en su trabajo. Frida era una mujer libre, y así lo reflejaba en sus obras, en las que hablaba abiertamente de sexualidad, aborto, lactancia o maternidad. Daba voz a las mujeres reprimidas y enjauladas, que no salían de sus casas o que no hablaban con libertad porque eso no correspondía a su género.

En este post te hemos introducido a Frida Kahlo como representación del feminismo, hablando de su vida y de cómo reflejó esta lucha de géneros en sus obras. Hoy es conocida mundialmente y se ha convertido en un verdadero icono para muchas mujeres que luchan por su libertad o por acabar con la desigualdad laboral de género.

Si te ha entrado el gusanillo por saber más acerca de esta singular figura del feminismo, te invitamos a analizar su obra (y lo que ella ha inspirado, desde libros hasta películas) para conocer en profundidad sus pensamientos y sus metas. Podrás descubrir, por ejemplo, que:

No siguió las normas tradicionales. De niña practicó deportes no habituales como el boxeo o el fútbol. Su padre la animó a ello para hacer frente a las secuelas de sus enfermedades. Este gesto demuestra la importancia de educar a los menores en la igualdad

Fue una mujer pionera. Su autorretrato El marco, expuesto en el Centro Pompidou, fue la primera obra que el Louvre adquirió de un autor mexicano.

Mostró al mundo la cultura mejicana. Los colores de sus cuadros o su propia vestimenta, trajes y bisutería, son embajadores de las tradiciones de su país. Reflejo de ello es la presencia del traje de tehuana, usado por las mujeres zapotecas, en algunos de sus cuadros.

Y si lo que quieres es conocer más de cerca algunas iniciativas que ponen de relieve el papel de la mujer como dueña de su propio desarrollo, te invitamos a descubrir el trabajo de Oxfam Intermón:

El proyecto Avanzadoras, mujeres y organizaciones que luchan por los derechos de la mujer y evitar que la desigualdad vuelva más vulnerable a este colectivo.

El programa para hacer frente a la violencia de género dentro de nuestro país. A través de él se apoya, con medios económicos y técnicos, a organizaciones que luchan contra una lacra que merma los derechos y libertades de las mujeres y que también daña a los hijos e hijas. Gracias a este compromiso se ha podido ofrecer atención a mujeres víctimas de violencia machista  y llevar a cabo acciones para prevenirla. Actualmente colaboramos con Almena Cooperativa Feminista, Feminicidio.net, L´Associació, Legki Yakaru (Associació Dones Africanes de Banyoles), Malen Etxea, Observatorio Jeaneth Beltrán (integrado por Senda de cuidados y Territorio doméstico) y Tamaia.

Fuente: OXFAM





CLAIRE LACOMBE


 

CLAIRE LACOMBE 

Claire Lacombe. Fue una actriz francesa, revolucionaria y defensora de los derechos de la mujer trabajadora, fundadora de la Sociedad de Mujeres Republicanas Revolucionarias, segundo club feminista que se crea durante la Revolución francesa y el más importante de su tipo en la época.

Síntesis biográfica

Originaria de Pamiers, ciudad al suroeste de Francia, nació el 4 de agosto de 1765. Inicia su carrera de actriz en Marsella, pero actuaba además en producciones teatrales en Lyon, para una compañía que daba sus funciones de pueblo en pueblo y alguna que otra vez en castillos, hasta su llegada a París en 1792.

Lucha revolucionaria

Durante su vida revolucionaria defendió los intereses de los Montañese, en el partido de los jacobinos, en su lucha contra los Girondinos, manteniendo todo el tiempo una férrea lucha contra ellos por lograr desestabilizar y eliminar cualquier plan que pudieran tener hasta lograr el exterminio de la Gironda. Participó en la toma de las Tullerías junto a los rebeldes el 10 de agosto, durante la lucha recibió una herida de bala en un brazo, por seguir luchando en esas condiciones se ganó el apodo de "Heroína de agosto Décima" y se le entregó una corona cívica.

Sus visitas a los clubes revolucionarios eran frecuentes lo que motivó que en febrero de 1793 junto a Pauline Léon creara su propio club: Sociedad de Mujeres Republicanas Revolucionarias, el segundo club revolucionario femenino que se creaba durante la Revolución, pero el más importante de su etapa, aunque su tiempo activo fue corto, estuvo compuesto en su mayoría por mujeres de la clase trabajadora y actuaba en defensa de sus derechos y mejores condiciones de vida para ellas; el 28 de octubre de 1793, Lacombe junto a algunos de los miembros del club, fueron atacados por una multitud de mujeres antifeministas del mercado, en su pasillo de la reunión en Sami-Eustacheel. Para callar a estas «locas» de la «Sociedad de las republicanas revolucionarias», que con sus delegaciones y sus peticiones radicales se hacían sumamente incómodas, el Comité de Salud pública decidió que el club fuera cerrado el 30 de septiembre de 1793, y aunque Lacombe se manifestó abiertamente en contra de su cierre, sus reclamos no fueron escuchados y poco tiempo después se prohíben el resto de los clubes o sociedades femeninas.

Fue fiel a los jacobinos, pero cuando en su entusiasmo llegó a atacar a la misma Convención, defendiendo con fervor los derechos de las mujeres trabajadoras, junto al proletariado, por la abolición de los gremios y por otras exigencias puramente proletarias y feministas, hasta los propios jacobinos se pusieron nerviosos y Robespierre se puso en su contra.

Oradora 

Discurso de Lacombe-1792 (Documento de la Biblioteca Nacional de Francia)

Perteneció a la parte más reaccionaria de la revolución, se caracterizaba por ser una buena oradora y estar constantemente hostigando a los girondinos. Según palabras de Michelet:

En julio de 1792, Lacombe, al igual que Théroigne de Méricourt unos meses antes, se presenta ante la Asamblea Nacional para pedir autorización para la creación de batallones femeninos y el derecho de portar armas para combatir a la reacción de Vandea, e igualmente, lucía la revolucionaria, un traje de amazona Pide además en sus reclamos la destitución de los nobles y la depuración del gobierno.

El discurso dado por la francesa en la galería de la Asamblea Nacional, en el que pedía la defensa de la revolución contra los ejércitos de la segunda Coalisión y la democratización del poder, es reconocido como uno de los documentos más interesantes de la Revolución francesa. En su hablar, pedía además, que el Gobierno o la República diera solución a las crecientes necesidades de la mujer trabajadora.

Últimos años

Al año siguiente del cierre de la sociedad, el 31 de marzo, fue arrestada por Robespierre (aunque otras fuentes tienen como fecha de su arresto el 2 de abril) mientras se dirigía a un teatro en Dunkirk, por sospechas por sus protestas contra el tratamiento que se le estaban dando a los presos políticos. En esa situación permaneció durante dieciséis meses siendo trasladada en varias ocasiones de una prisión a otra. Se le prohíbe el 20 de mayo de 1795 asistir a las sesiones de la Convención y cuatro días después, concurrir a cualquier asamblea política e incluso participar en manifestaciones callejeras de más de cinco personas, luego de esto es finalmente liberada el 18 de agosto de ese mismo año.

Al salir de prisión las condiciones de la lucha ya no era la misma, sus ideales políticos y las ideas femeninas estaban reprimidas o perseguidas, por lo que retoma su profesión como actriz de teatro. A finales de 1795 fue contratada en Nantes y en este período sus papeles protagónicos eran tipificados y convencionales. Desaparece un tiempo después, no teniéndose referencia de ella desde 1798.

Fuente: EcuRed




FLORA TRISTÁN


 

UNA PARIA FEMINISTA, FLORA TRISTÁN (1803-1844) 

En 1846 se publicaba La emancipación de la mujer, una de las obras más destacadas de Flora Tristán. Su autora había muerto dos años antes, pero había sentado las bases del feminismo moderno del siglo siguiente. Después de sufrir en su propia piel los prejuicios legales y sociales de ser mujer, hija ilegítima y esposa separada, Flora Tristán dedicó buena parte de su vida a la lucha en favor de los derechos de las mujeres; unos derechos de los que ella nunca disfrutó. 

El fin de una infancia feliz

Flore Célestine Thérèse Henriette Tristán Moscoso Laisnay nació en París el 7 de abril de 1803. Su madre, Therese Laisnay, era francesa y su padre, Mariano Tristán y Moscoso era de origen peruano. Coronel de la armada española, el padre de Flora había conocido a su esposa en Bilbao y se habían trasladado a vivir a la Francia napoleónica. 

Flora tuvo una primera infancia feliz en la que no le faltó de nada. Pero cuando era una niña de poco más de cuatro años, su vida cambió radicalmente. La muerte de su padre dejó a su esposa e hija en una situación económica complicada a la que se sumó una importante dificultad legal: Flora no pudo heredar de su padre, pues el matrimonio entre Mariano y Therese no había sido certificado con un documento legal. 

De niña proletaria a paria

Therese y su hija Flora vivieron unos años durísimos primero en el campo y después en el París más pobre. Flora empezó pronto a trabajar en un taller de litografía. Con tan sólo diecisiete años se casó por necesidad con el propietario del taller, André Chazal. 

El matrimonio de conveniencia no duró demasiado. Después de traer al mundo a tres hijos, uno de los cuales no sobreviviría, Flora consiguió separarse. A pesar de conseguir alejarse de una situación insostenible de malos tratos y celos, Flora se convirtió en una auténtica paria. No sólo era hija ilegítima, sino que era una mujer separada en una Francia en la que divorcio era totalmente ilegal. 

Pero Flora no logró librarse de su marido el que, en su obsesión, llegaría incluso a un intento de asesinato. Al final André se quedó con Ernest, su hijo mayor, mientras Flora quedaría al cargo de su hija pequeña Aline. Aline se convertiría pasados los años en la madre del gran pintor Paul Gaugin. 

El largo camino de una desarrapada

Flora marchó de Francia y buscó una vida mejor en Perú, donde tenía parte de sus raíces y algún familiar que la podía ayudar. Pero de nuevo el desengaño se apoderó de Flora quien sólo consiguió de su tío una pensión mensual. Su condición ilegítima amparaba al hermano de su padre quien no estaba obligado a facilitarle parte de su herencia. Sus experiencias vividas en tierras americanas quedarían inmortalizadas en su obra Peregrinaciones de una paria. 

De Lima Flora marchó junto a su hija Aline hasta Londres donde fue testigo de la horrible existencia que tenía la clase obrera, unas vivencias que plasmaría en Paseos en Londres. Después de su penosa estancia en tierras inglesas, volvió a su Francia natal donde se volvería a encontrar con André y sería víctima de un disparo en plena calle que, por suerte, sólo la dejó malherida. André fue condenado a 20 años de trabajos forzosos. 

El inicio de la lucha

Todos aquellos años de sufrimiento y peregrinaje por medio mundo maduraron en Flora e hicieron de ella una de las luchadoras más activas del partido socialista. Su obra La Unión Obrera, publicada en 1840, ponía el acento en la necesidad de trabajar por los derechos de los trabajadores. Seis años después publicaba su Emancipación de la mujer, en la que reclamaba para las mujeres el mismo acceso a la educación que los hombres y una situación más igualitaria dentro del matrimonio. 

Flora Tristán murió el 14 de noviembre de 1844 en Burdeos a la edad de 41 años. En ese momento se encontraba en plena lucha por los derechos de los obreros y de las mujeres. Pero el tifus terminó con su vida, aunque su legado permaneció gracias a sus obras. Flora Tristán sería un punto de partida importante para la lucha por los derechos femeninos en el siglo XX. 

Fuente: Mujeres en la historia





SOJOURNER TRUTH


 

Sojourner Truth (1797-1883) 

Actualmente es considerada como uno de los mayores símbolos del feminismo.Sojourner Truth abolicionista afroamericana y activista

Sojourner Truth es mejor conocida por su improvisado discurso sobre las desigualdades raciales, “Ain’t I a Woman”, pronunciado en la Convención sobre los Derechos de la Mujer de Ohio en 1851. Sojourner Truth (nacida Isabella Baumfree, c. 1797 al 26 de noviembre de 1883) fue una abolicionista afroamericana y activista de los derechos de la mujer más conocida por su discurso sobre las desigualdades raciales, “Ain’t I a Woman? Truth nació en la esclavitud, pero escapó con su hija pequeña a la libertad en 1826. Dedicó su vida a la causa abolicionista y ayudó a reclutar tropas negras para el Ejército de la Unión. 

Aunque Truth comenzó su carrera como abolicionista, las causas de la reforma que patrocinó fueron amplias y variadas, incluyendo la reforma penitenciaria, los derechos de propiedad y el sufragio universal. Discurso del Sojourner Truth en la Convención sobre los Derechos de la Mujer.

En mayo de 1851, Truth pronunció un discurso improvisado en la Convención de Derechos de la Mujer de Ohio en Akron, que se conocería como “Ain’t I a Woman?.

La primera versión del discurso fue publicada un mes después por Marius Robinson, editor del periódico de Ohio The Anti-Slavery Bugle, quien asistió a la convención y grabó él mismo las palabras de Truth. No incluía la pregunta”¿No soy una mujer?” ni siquiera una vez. La famosa frase aparecería impresa 12 años después, como el estribillo de una versión del discurso con tintes sureños. Es poco probable que Sojourner Truth, un nativo de Nueva York cuyo primer idioma fue el holandés, haya hablado en este idioma sureño.

Incluso en los círculos abolicionistas, algunas de las opiniones de Truth se consideraban radicales.

Busca la igualdad política para todas las mujeres y reprende a la comunidad abolicionista por no haber buscado los derechos civiles de las mujeres y los hombres negros.

Expresó abiertamente su preocupación de que el movimiento fracasara después de lograr victorias para los hombres negros, dejando tanto a las mujeres blancas como a las negras sin sufragio y sin otros derechos políticos clave. 

La Biblioteca de la Verdad Sojourner está ubicada en la Universidad Estatal de Nueva York New Paltz, en New Paltz, Nueva York. En 1970, la biblioteca fue nombrada en honor de los abolicionistas y feministas. The Sojourner Truth House es una organización sin fines de lucro patrocinada por las Siervas Pobres de Jesucristo localizada en Gary, Indiana.

Fundada en 1997, la organización atiende a mujeres sin hogar y en situación de riesgo y a sus hijos mediante la provisión de refugios, asistencia para la vivienda, programas terapéuticos y una despensa de alimentos. 

Sojourner Truth nació Isabella Baumfree en la ciudad de Swartekill, en el condado de Ulster, Nueva York. La fecha de nacimiento de Truth no fue registrada, como era típico de los niños nacidos en la esclavitud, pero los historiadores estiman que probablemente nació alrededor de 1797. Sojourner Truth fue uno de tantos como 12 hijos nacidos de James y Elizabeth Baumfree. Su padre, James Baumfree, era un esclavo capturado en la Ghana actual.

Elizabeth Baumfree, también conocida como Mau-Mau Bet, era hija de esclavos de Guinea. La familia Baumfree era propiedad del coronel Hardenbergh y vivía en la propiedad del coronel en Esopus, Nueva York, a 95 millas al norte de la ciudad de Nueva York. La zona había estado una vez bajo control holandés, y tanto los Baumfrees como los Hardenbaughs hablaban holandés en su vida cotidiana. 

Después de la muerte del coronel, la propiedad de los Baumfree pasó a su hijo, Charles. Los Baumfree fueron separados después de la muerte de Charles Hardenbergh en 1806. El Sojourner Truth, de 9 años de edad, conocido entonces como “Belle”, fue vendido en una subasta con un rebaño de ovejas por 100 dólares. Su nuevo dueño era un hombre llamado John Neely, a quien Truth recordaba como un hombre duro y violento.

Durante los dos años siguientes, Truth se vendería dos veces más, llegando finalmente a residir en la propiedad de John Dumont en West Park, Nueva York. Fue durante estos años que Truth aprendió a hablar inglés por primera vez. 

Hacia 1815, Truth se enamoró de un esclavo llamado Robert, de una granja vecina. Los dos tenían una hija, Diana. El dueño de Robert prohibió la relación, ya que Diana y los hijos subsiguientes producidos por el sindicato serían propiedad de John Dumont y no de él mismo. Robert y Sojourner Truth nunca volvieron a verse. En 1817, Dumont obligó a Truth a casarse con un esclavo mayor llamado Thomas. Su matrimonio produjo un hijo, Pedro, y dos hijas, Isabel y Sofía. 

El estado de Nueva York, que había comenzado a negociar la abolición de la esclavitud en 1799, emancipó a todos los esclavos el 4 de julio de 1827. El cambio no llegó lo suficientemente pronto para la Verdad. Después de que John Dumont incumpliera una promesa de emancipar la Verdad a finales de 1826, escapó a la libertad con su hija pequeña, Sophia. Su otra hija y su hijo se quedaron atrás. Poco después de su fuga, Truth se enteró de que su hijo Peter, que entonces tenía cinco años, había sido vendido ilegalmente a un hombre en Alabama. Ella llevó el asunto a la corte y eventualmente aseguró el regreso de Peter del Sur. El caso fue uno de los primeros en que una mujer negra desafió con éxito a un hombre blanco en un tribunal de los Estados Unidos.

Los primeros años de libertad del Sojourner Truth estuvieron marcados por varias dificultades extrañas. 

Truth se convirtió al cristianismo y se mudó con su hijo Peter a la ciudad de Nueva York en 1829, donde trabajó como ama de llaves para el evangelista cristiano Elijah Pierson. Luego se mudó a la casa de Robert Matthews, también conocido como el Profeta Matías, para quien también trabajó como ama de llaves. Matthews tenía una reputación creciente como estafador y líder de culto. Poco después de que Truth cambiara de hogar, Elijah Pierson murió. Robert Matthews fue acusado de envenenar a Pierson para beneficiarse de su fortuna personal, y los Folgers, una pareja que eran miembros de su culto, intentaron implicar a Truth en el crimen. 

A falta de pruebas adecuadas, Matthews fue absuelto. Debido a que se había convertido en uno de los temas favoritos de la prensa, decidió mudarse al oeste. En 1835 Truth presentó una demanda por difamación contra los Folgers y ganó. Después del exitoso rescate de Truth de su hijo, Peter, de la esclavitud en Alabama, madre e hijo permanecieron juntos hasta 1839. En ese momento, Peter tomó un trabajo en un barco ballenero llamado la Zona de Nantucket. Truth recibió tres cartas de su hijo entre 1840 y 1841. Sin embargo, cuando el barco regresó a puerto en 1842, Pedro no estaba a bordo. La verdad nunca volvió a saber de él. 

El 1 de junio de 1843, Isabella Baumfree cambió su nombre a Sojourner Truth, dedicando su vida al metodismo y a la abolición de la esclavitud. En 1844, Truth se unió a la Asociación de Educación e Industria de Northampton en Northampton, Massachusetts.

Fundada por abolicionistas, la organización apoyó un amplio programa de reformas que incluía los derechos de la mujer y el pacifismo. Los miembros vivían juntos en 500 acres como una comunidad autosuficiente. Truth se reunió con varios de los principales abolicionistas de Northampton, entre ellos William Lloyd Garrison, Frederick Douglass y David Ruggles. 

Aunque la comunidad de Northampton se disolvió en 1846, la carrera de Sojourner Truth como activista y reformador apenas comenzaba. En 1850, Truth habló en la primera Convención Nacional de los Derechos de la Mujer en Worcester, Massachusetts. Pronto comenzó a viajar regularmente con el abolicionista George Thompson, hablando a grandes multitudes sobre los temas de la esclavitud y los derechos humanos. 

Truth pronunció su famoso discurso”Ain’t I a Woman” (¿No soy una mujer?) en la Convención de Derechos de la Mujer de Ohio de 1851. Continuó haciendo giras por el estado de 1851 a 1853, trabajando estrechamente con Robinson para dar a conocer el movimiento contra la esclavitud en el estado. A medida que la reputación de Truth crecía y el movimiento de abolición cobraba impulso, atrajo a un público cada vez más numeroso y hospitalario. Fue una de los varios esclavos que escaparon, junto con Frederick Douglass y Harriet Tubman, que alcanzó la prominencia como líder abolicionista y testamento de la humanidad de los pueblos esclavizados.

 

Las memorias de Sojourner Truth fueron publicadas bajo el título The Narrative of Sojourner Truth: A Northern Slave en 1850. La verdad dictaba sus recuerdos a una amiga, Olive Gilbert, ya que no sabía leer ni escribir. William Lloyd Garrison escribió el prefacio del libro. 

Sojourner Truth puso su creciente reputación como abolicionista a trabajar durante la Guerra Civil Americana, ayudando a reclutar tropas negras para el Ejército de la Unión

. Ella animó a su nieto, James Caldwell, a alistarse en el 54º Regimiento de Massachusetts. En 1864, Truth fue llamada a Washington, D.C., para contribuir a la National Freedman’s Relief Association. Al menos en una ocasión, Truth se reunió y habló con el presidente Abraham Lincoln sobre sus creencias y su experiencia. Fiel a sus amplios ideales de reforma, Truth continuó agitando por el cambio incluso después de la Proclamación de Emancipación de Lincoln.

En 1865, Truth intentó forzar la desagregación de los tranvías en Washington viajando en carros designados para blancos. Un proyecto importante de la vida posterior de Truth fue el movimiento para asegurar las mercedes de tierras del gobierno federal para los antiguos esclavos. Argumentó que la propiedad de la propiedad privada, y en particular de la tierra, daría a los afroamericanos autosuficiencia y los liberaría de una especie de servidumbre mediante contratos de servidumbre a los terratenientes ricos. Aunque Truth persiguió esta meta con fuerza durante muchos años, fue incapaz de influir en el Congreso. 

Hasta que la vejez intervino, Truth continuó hablando apasionadamente sobre los temas de los derechos de la mujer, el sufragio universal y la reforma penitenciaria. También se opuso abiertamente a la pena capital y testificó ante la legislatura estatal de Michigan en contra de esta práctica. También abogó por la reforma penitenciaria en Michigan y en todo el país.

Aunque siempre polémica, Truth fue abrazada por una comunidad de reformadores como Amy Post, Wendell Phillips, William Lloyd Garrison, Lucretia Mott y Susan B. Anthony, amigos con los que colaboró hasta el final de su vida. 

La Sojourner Truth murió en su casa en Battle Creek, Michigan, el 26 de noviembre de 1883. Está enterrada junto a su familia en el cementerio Oak Hill de Battle Creek. La verdad es recordada como una de las principales líderes del movimiento abolicionista y una de las primeras defensoras de los derechos de la mujer.

Fuente: Biografias




CLARA ZETKIN

  CLARA ZETKIN Pionera del movimiento de mujeres socialistas.  La periodista, oradora, maestra, revolucionaria y fundadora de la Segunda...